octubre 26, 2012

En este instante

La noche avanza, discreta,
a su propio y voraz ritmo.
Y es una pena lo que dura
el día en su fase oscura,
cuando las masas duermen
y los artistas enmarañan
su suerte en la que mueren,
entre el albor de la mañana.

Injusta es la justicia del hombre
que ha osado poner su razón
como garras manifiestas
en el escozor de la carne
cuando entre cañones se bate.

Y el sol en su eterna llamarada
sigue alucinando con carbones
dispuestos a arder, prendidos
de una locura que quema insumisa
los témpanos irremediables
del sueño en que debimos
bajo una nube negra perecer.

Y yo, tan cobarde como la Luna
sólo salgo oscuro para los locos
que me miran, ocultando la sonrisa
de aquella tristeza que embadurna
las paredes de melancolía,
mostrando la cara imprecisa
del azul que el espejo matiza
en levantes sin dunas de arena.

Siempre he sido fiel a mi mismo,
nunca he robado sino latidos
y tanto he llorado como he reído,
por que disfrazo mi verdad de cinismo.

En este instante, tengo dos maletas,
una con destino a la unión de tus muslos
 y otra sin remedio a ninguna parte;
tomaré la segunda y mi pecho infecundo
para crear una oda, un preludio
que cante como el lobo al buscarte
bajo la blusa los pechos y el refugio
donde mi mano no busque recrearte.

2 comentarios:

Sabina dijo...

El último párrafo me gustó mucho, lo de más no, besos!

Gato Pardowski dijo...

Jajaja!!

Eso es honestidad, y me ha gustado!!

Un abrazo...