octubre 02, 2012

De lo que puede ser

Pueden ser las dos o las tres,
rebotando en el reloj macilento
y sin embargo no me importan
las ojeras por la mañana,
las garras del demonio
escondidas bajo la almohada,
el cúmulo de alquitrán
alojado entre pecho y  garganta,
las ganas carcomidas
ante aquellos nublados días
cuando más necesité al sol.
 
Puede ser la manera sumisa
en la que me bebo el magma
que regurgita desde dentro,
las luces siempre bajas
y esta voz mía apagada,
la mancha reflejada en el cielo
llamada Luna y nacarada
como aquella esperanza
que resucita de la remembranza.

Quizás yéndome muy lejos
puede ser el perfume y el aliento
de la carencia quien habla
por mí, en esta noche enraizada
al farol de unos ojos enormes
que a pesar de nocturnos y bellos
no dejarán nunca de ser cenicientos.



A María Alvarado, sin más
que el eterno agradecimiento
por que fueron sus ojos
los que posaron primero
 en este irremediable verso.

No hay comentarios: