octubre 21, 2012

Con las alas distraídas

Algunas noches, cuando tendido
en la pradera del ensueño me encuentro
mirando la necedad de las aves
huyendo del invierno,
cuando logro acunarme
en la tristeza en la que sin restricción
todo el mundo cabe,
me invade como al enfermo
las convulsiones y la fiebre,
como al realista la condición
innata del pesimista
y no logro más que camuflarme
entre el vaso tercamente idealista
en el que no amenazan
las sombras con matarme.

Me beberé la vida,
me fumaré un cigarrillo
presenciando a la muerte
de las aves que hallaron infiernos
plagados de distancias
y altos vuelos,
me estancaré en el verso
con las alas distraídas.

1 comentario:

Arya dijo...

Algo tiene el viento
que suele ser enterno;
y no para
por más alas distraídas.


Aveces hay que saltar desde un lugar más alto
para agarrar mejor el vuelo...


Salud.. os.