julio 22, 2016

Tranquilo y en calma

Me aterra la forma en que me miras
la facilidad con que me toman tus manos
el ritmo endiablado que tienen tus caderas
y el beso que me prodigan tus labios.

Ya no eres tú la misma
ni yo me embriago de cinismo a diario
eres preciosa y eres orgasmo
y yo de ti soy la palabra precisa.

Yo tampoco soy el mismo
y te beso tan solo como sé hacerlo
a lo gris poeta y a lo hombre certero
tanto en la boca como bajo tu ombligo.

Me aterra saberme aún latiendo
metido en ese sueño entre tus piernas
entre el cobijo natural de tus pechos
entre la continuidad descomunal del beso
que nos repara las mutuas carencias.

Ya no eres tu ni soy yo
y por un rincón de la ventana
se asoma un tercio de dios
cuando duermo tranquilo y en calma.

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