julio 17, 2016

Sin llorar

Apenas ayer
lamía tus pasadas heridas
sobre la costra de tu alma
te escuchaba gemir deliciosamente
hasta hacerte venir en brumosa calma
y yo era aquel dios sin un después
y tú mi sonrisa más perenne.

Hoy es de noche y estoy sólo
bebo por la proximidad de la muerte
fumo mientras escribo a lo loco
sobre la utopía de anidar en tu vientre.

Ahora duermes
y entre tus labios mi boca pretendo
por que tu sabor esta noche recuerdo
tan a solas
tan jodido
tan codo a codo con la muerte
que me trae hasta aquí
el murmullo de fieras caracolas.

Puedo decir ahora mismo
que en estas latitudes
y ante este trago
que no es que me gane el cinismo
sino tan sólo un te extraño.

Me persignan de noche mis ganas
y aún así añoro despertar en tu cama.

Apenas ayer
lamía tus pasadas heridas
mientras calzaban tacones tus pies
y te sentía hermosa y mía
pero hoy me opaca la muerte
con un gris y naufragado después
aunque te ame irremediablemente.

Sin llorar a veces lloro
por que me sé inevitablemente loco.

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