julio 09, 2016

Aquella cafetería del centro

Recuedo aquella cafetería del centro
la chica que atendía el área de fumar
tenía una linda sonrisa y francamente
unos pechos coquetos y descomunales
ahogados bajo su blusa amarilla.

Yo le compraba el café y ella
permitía que lo mezclara con licores
que cargaba por doquier en mi mochila.

Me gustaba el olor del café de ese lugar
sus mesitas de madera al natural
y esa atmósfera tan característica
de los hallan cierta paz en la soledad.

La mayor parte de las mesas
eran ocupadas por una sola persona
algunas veces por dos
pero siempre podía respirarse el silencio
debatiéndose entre gloria o desolación.

Todos ahí estabamos malditos
condenados a cosas horribles
pero creo que solo
los que bebíamos café en aquel lugar
de alguna manera lo sabiamos.

El mundo jamás lo sabría
ante el tumulto mostrábamos la sonrisa
como enfermos inmundos.

Semillas secas
tostándose sobre el calor del infierno
molidas por las brutales máquinas
diluídas al chorro del agua
éramos infusiones tristes
amargas
calientes
bebidas ante la lápida
de la gente que mira el cielo
apostado a dormir en el suelo.

Algunas veces le sonreía
sin querer
a la chica que me atendía.

No hay comentarios: