julio 21, 2016

El reloj de lo inhumano

Debe ser ahora ya el tiempo
lo sé después de tantas resacas
y despertares a solas en una alcoba
en la que nunca asomó el mañana.

He estado ahogando noche a noche
el golpeteo de la lluvia en la ventana
he silenciado el escape de los coches
para remendar mis propias patrañas
cuando miro el reloj de lo inhumano
y él mira como a cualquier otro borracho.

Yo no preciso amaneceres calmos
ni la gloria líquida de los vinos franceses
tengo mi cigarro y el me tiene a mí
tengo la franqueza del ron cubano
y en las manos este beso carmesí.

Algunas veces creo que soy dios
pero uno de esos dioses olvidados
bajo el polvo de un rincón sin sol.

Sin embargo algo inevitable en mí
es la locura y tantos ratos embriagado
para sentir mi costillar aún febril
a pesar de su comunión con el diablo.

Es tiempo ya y trato de despuntar
de la sombras espesas del abismo
abro de par mis esqueléticas alas
y se ríe a carcajadas mi propio cinismo.

Y entonces me construyo y me destruyo
y el reloj me mira difuso y embriagado
y así creo que será siempre el futuro.

He estado ahogando mis propias ganas
y la grandeza duerme tibia en mi cama.

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