julio 17, 2014

La cal en las paredes

La cal en las paredes resplandece
cada noche la sonrisa de los diablos
enraizados a una luna llena de sal,
a la ausencia, al corazón en grana
devorado por latir cruel y embriagado
del levante de su propia esencia.

Vuelvo con la boca gris y marchita
donde el otrora fue bueno y la mar
me besaba con sus labios de lima,
vuelvo con las mismas manos latiendo
al ritmo de aquel vals que los muertos
precisan para tratar de seguir viviendo.

Es aquí donde a solas bebo la sangre
y los elíxires de la caña, la escarcha
que acontece en la espina dorsal
del desamparo vestido de mañana,
es aquí donde garabateo torpemente
el destino que para mi salió sorteado
a costa de un verso con sueños perennes.

La cal en las paredes reaplandece
ahora que mis peces buscan tus redes.

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