julio 16, 2014

Desnudo amanezco

Desnudo amanezco, de dioses,
de almizcle, de salvos sueños
en los que muerdo una manzana
y entonces soy poeta y soy triste.

Me cuelgo de las ramas, de los soles
y algunas veces muero sonriente,
cuando revivo entre arrugas y canas
entre las que mis letran crecen.

Pero a menudo es de noche aquí,
por los andares de las nubes grises
donde los gatos lloran como infantes
a la espera de lunas más febriles.

Desnudo amanezco, con resaca
de alcohol y cigarriillos, de sombras,
del infortunio de mis malos credos
y de estos dedos que escriben amarillo.

Me escondo en los paisajes, en el tren
de lo innombrable, entre las masas
que no callan cuando nada dicen
mientras el diablo es para mí maleable.

Pero sigue siendo de noche y desnudo
despierto con la garganta carmesí
por las garras de un albor que no llega
con su guadaña a poner el fin.

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