Venimos viendo pasar a la Muerte,
sencillamente vestida, ataviada
de eterno nácar y luz extraviada,
empuñando entre los dedos la suerte.
Me miras, te miro; ella nos mira
mientras tanto indiferente, radiante,
sin el mayor temor a la hoz tajante
ni a la humareda ascendiendo la pira.
Venimos haciendo verso, palabra
bordada en tinta, cruel caligrafía
lanzada al cielo que nos descalabra
en horas malditas sin geografía
cuando nos halla Ella y su voz labra
silencios, distancias, melancolías.
4 comentarios:
Cambia de posición.
Mi sueño sería dejar de verle tanto la cara ;)
Besitos Gabriel.
Cuidate mucho!
Silencios, distancias, melancolías... y en la oscuridad cómo saberlo... cómo?
Un abrazo de luna ausente
Leo el tuyo y te encuentro en él, como siempre.
Y es precioso, y triste, y me gusta mucho.
Al lado de tus versos nacieron estos míos, y no sé; si bien lo que está escrito es lo que quería escribir, no lo es todo, porque me enreveso mucho entre una cosa y otra, tratando de que quede encerrado en el soneto.
Espero te guste, Gabriel
Venimos de la muerte y la palabra
oscura nos espera en las esquinas
de todas las ruletas, con espinas
y corazones de mirada glabra.
No sentimos las manos cuando brotan
sus raíces y trepan por las sienes
como una noche despistada en quienes
entre sus dedos son y se agarrotan
escribiendo y mirándose las ganas
de la tinta en el verso quebradizo
y sublime, en el alba sigilosa
descendida a la sangre con aranas
de sabor golosina y sol cobrizo,
cuando sólo es umbría y arenosa.
Un beso de principio de día
Ío
... y nosotros distrayéndola con juegos de palabras y vacíos llenos de letras...
como podemos llamándola...
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