septiembre 17, 2011

Ahí mismo estoy

Bajo la luz del alba cuando estalla
rasguñando con carmín el levante,
donde los ojos duelen sin sedante
ni aliciente en esta boca que calla.

Crucificado en el sol, en los mares
de espuma blanca, en la tierra surcada
por los pasos, en la sangre versada
ante tanta Luna y sus andares.

En la prisión de los descerebrados,
en la vil banca de un parque cualquiera
mirando los árboles, las quimeras
a través de un vaso resquebrajado.

Entre el humo que danza y se eleva
hasta perderse, en el tenue suspiro
nacido en el espejo del vampiro
que no conoce su imagen longeva.

Sobre las letras de polvo cubiertas
guardadas en los cajones de nada
llenos y rebosantes de hondonadas
donde yacen las heridas abiertas.

Embriagado en los azules silencios
de los dedos que tanto, sin más buscan
el arrebol del pétalo que ofusca
al equilibrista puesto en el trapecio.

En las lápidas que lucen desiertas
sin flores ni mayores oraciones,
en el mendicante sin bendiciones
con el alma hecha jirones y yerta.

En la rosa, en la espina, en los fardos
que sangran, en la distancia, en el mapa,
en la locura llegada en etapas
que me hace blanco de sus finos dardos.

Ahí mismo estoy y no dispongo un me voy
por que no tengo voz siquiera al decir
no te vayas, ni puedo ya desistir
de tu pecho, donde sin reparo soy.

2 comentarios:

Indie_girl dijo...

Al escribir entregamos gran parte de nosotros, dejamos ver nuestras debilidades, nuestro miedos, nuestras pasiones...

Tú parece que te entregues entero, sin dejar ninguna parte de ti. Supongo que será cosa de la experiencia. :)

¡Un abrazo!

Unknown dijo...

Que hermoso! o te entregas todo o no entregas nada... Tu das mucho más que todo! Besoos! =)