cuando transitas a diario por ellas
cuando te involucras con su gente
con sus luces multicolores
con esa horda de plagas que maduran
y lucen como parte de esta ciudad bella
en la que todos sufren pero mienten
porque el sufrir crea distractores.
Ahora no tengo en qué caerme muerto
y le he dado una moneda a un indigente
pues tengo que cenar en casa
y la verdad tan clara que no miento;
pero él solo hambre y frío tiene
y su único techo resulta su alma.
En realidad las calles son más duras
cuando te involucras con ellas
porque la vida en la calle es más ruda
que mirar a diario en el techo las estrellas.
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