abril 04, 2013

No hablemos ya de rosas y espinas

No hablemos ya de rosas y espinas,
de elucubrar la cabeza en la Luna,
del revoloteo vil de mariposas frías,
del mar retozando con blanca espuma.

No hablemos ya del malvado Neruda,
de Bach armonizando los encuentros,
de Goya pintando ambas majas desnudas,
de  Hank tomando un trago en el infierno.

No hablemos ya de la defensa,
de la autonomía del autómata,
del cáncer si el alma es propensa
a la justicia entre manos del autócrata.

No hablemos ya de la tierra,
de los frutos que no hayan tu boca,
de los campos de fresas si en guerra
los pies no te besan ni el sol los toca.

No hablemos ya de lo innombrable,
del gusto que el que te pienso nocturna
sentada entre mi letra despreciable,
sonriendo a mi locura taciturna.

No hablemos ya de rosas y espinas,
hablemos de la mutua gloria perdida.

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