junio 25, 2016

Tormenta

Hay perros mojándose esta noche
en el larguísimo gris de las aceras
gente que camina sutilmente a ciegas
dentro de alcobas que no saben de lluvia
bares vomitando necedades de borrachos
y un poeta que espera que dios le mienta.

Llueve a estas horas a lo hijo de puta
y las putas no reparan en la falta de ropa
sino en el vacío que las caderas les mueve.

Sin embargo estoy tranquilo
bebo, fumo un cigarrillo aquí sentado
mientras afuera la tormenta no cede
pienso también en los vagabundos
en los parques y los bajopuentes
donde la vida se ha estancado
y los hombres son un trago para la muerte.

No he podido ni podré cambiar al mundo
y estoy tranquilo fumando tabaco
pretendiendo cambiarme a mí mismo
con las manos metidas en los sobacos.

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