julio 30, 2011

Mr. Hyde

Mr. Hyde lleva a su pesar corbata
y traje amoldado a su espesura,
el porte y la percha innata
contrastan con la burda hechura.

Y aún así sonríe con todos los dientes
abanicando ardores y sucias pasiones,
mientras respinga el aroma inclemente
del espejismo de sus vagos blasones.

Y alza mano, de política opina
sin certeza mayor que su manto
cargado de terror y espinas,
sin saber en sus ojos el llanto.

Mr. Hyde la forma ha encontrado
de enterrar al Dr. Jekill bajo el pasto
que arropa los cipreses desencajados,
y el universo es suyo, gris y vasto.

En el ocaso de la noche

En el ocaso de la noche
el mismo demonio de Mujer viste
y lanza besos al aire,
aprieta el culo haciendo derroche
de coqueterías insanas y terribles,
mientras esconde tras de si un sable.

Salva sea esa parte que el diablo
de mí, a pesar de tanto vicio desconoce.

julio 27, 2011

Sombras en el suelo

En lontananza, las aves ya cantan
un nuevo mañana, una luz radiante
emerge tibia de ese albor distante
donde un viejo compás las sombras bailan;

el canto de la Luna, los rosales
antes del rocío, las nubes tristes
vueltas volutas, negros quistes
en el pecho, invadido de arrabales.

Una cadena de niebla, condena
a cumplir falto de fuerza, el sabor
en la boca de la hiel que antes del hervor,
quema la lengua hasta dejarla ajena;

ceniza que vuela, apagada hacia el mar
en torbellinos cargados de ausencia,
del alma reducida a la carencia
sulfurosa de las manos y su andar.

En lontananza, sal en las pestañas,
astillas en los ojos, huesos rotos,
hogueras y demonios, alborotos
y el delirio de la peor calaña.

En lontananza, mi lacia mirada,
mi mano apuntando directo al cielo
y mi sonrisa en ruinas dibujada.

En lontananza, sombras en el suelo
y el alma con ellas, fatigada
y desmembrada, tan cercana al duelo.

julio 23, 2011

Mi patria

Algo sangra
sin rodeos ni direcciones,
es un lugar donde la luz se rompe,
es el cielo que aloja el mar
en violento oleaje; es una mano
buscando el perdido pulgar;
es una palabra siempre a oscuras,
un trinar de aves dispersas
entre Lunas y espesuras.

Y ahí, vienen a reunirse
las nubes entre pardos y grises,
los demonios y los dioses
jugándose el alma siempre triste
sin reconocerse perdidos
por creerse ganadores,
de una gloria que no existe
en la patria de huesos desprendidos,
sin la esperanza de nuevos albores.

julio 16, 2011

Del reloj que se apaga ( a Alicee Olivares)

Un reloj a lo lejos se apaga
siendo que no es el nuestro,
y la mirada nos empaña
entre ausencias y lágrimas
entre tonos negros y grises.

Existe tras las paredes un dios
sin dogmas inciviles,
una estrella a lo lejos
que no desprende carmines
ni destellos atentos;
es el mar que nos consume
desde dentro.

Pero sonríe, sin más
que aún nos queda la vida
y los sueños insurrectos,
los tragos a media copa
dispuestos cuando quizás
estamos más sedientos,
los días de lluvia en un café
que encapsula la charla y los sueños;
la penosa gloria de andar
a media luz despiertos.

julio 14, 2011

Los invisibles

Emergiendo de las sombras, cansados
de la boca, de la lengua en querencia
cuando hasta el sol representa carencia
y el pecho les tiembla lacerado.

Y la lluvia no tocarlos parece,
el viento en ellos encuentra recodo
donde doblar su camino; de lodo
arrastrado en los pies, nunca perecen.

Una, dos, miles de manos con hambre
de pan y de ser siquiera visibles,
de hallar un eco en su grito inaudible,
de ser carne, hueso, y no sólo alambre.

Los invisibles tienen sed y ganas
y angustia en la frente, en la mirada
que tanto busca con voz apagada
ser y no ser, en su gloria lejana.

julio 11, 2011

Llámame pues, imbécil

Alguna vez me llamaron poeta
y me lo creí de buena manera;
salí cuaderno en mano
y pluma siempre dispuesta
a escuchar podadas arboledas
sin lograr oír su voz siquiera.

Alguna vez me llamaron artista
y pensé que mi firma algo valdría,
y ahí me tienes pues, practicando
garabatos que algún día dedicaría
sin saber que la Luna simiente
carece de ruinas propias y de aristas.

Llámame pues imbécil
para que vuelva a una oficina
a beber café y comer rosquillas,
para dormir a decentes horas
el sueño del mundo de lunes a viernes,
y quizás así, por doquier sonría.

julio 08, 2011

Tú,
arraigada en el seno
de la sombra
que hambrienta llega
a posarse en mis labios
decantando tu nombre.

Tú,
dispuesta a mis libaciones
a pesar de la sangre
brotando en hecatombes
en la que el muerto es uno.

Tú,
recorriendo levantes
y climas adversos,
a paso constante
urdiendo versos
que saben al mar
perdido en el universo.

Tú,
que vienes en mi
y devienes tibiamente
muriendo el sol inclemente
que me abraza los ojos,
cuando no han de servirme
siendo tu, toda, de mí.

julio 06, 2011

Mi llanto

Pues mi llanto es tinta negra
esparcida sobre el papel
y no conoce el tiempo.

Es el amor y el odio fornicando
en la caricia incivil del viento
y es el mar que no sabe mi piel.

Es un árbol que sin más ha secado
sin retoños ni corazones curtidos
en su corteza a diestros navajazos.

Es el secreto que por doquier llevo
anclado a mis crueles garabatos,
es el mapa que conduce al Erebo.

julio 01, 2011

A mi padre

Por lo que fui alguna vez,
por lo que ahora mismo soy
y por lo que sin remedio seré.

Te confieso que he seguido el camino
que ha truncado el paso a las lágrimas,
como lo has hecho tú, que llorar
nunca te he visto
y que me gusta cantar
cuando ando distraido.

Y fumo, con el enorme placer
que me produce el humo
saliendo de mi boca,
recargado en la pared
con la misma y tranquila pose
con la que te has grabado
al paso de los años en mi mente:
tan solo mirando, quizás imaginando.

Soy aún un soñador,
que bebe algunas noches
para quitarme viejas dolencias
que se muy bien, no se me quitaran;
esta delgadez que me has heredado
no es proporcional
a lo que traemos dentro,
lo que al silencio le confiamos
y preferimos andar callados.

Pero yo, siendo ese mismo soñador
no vuelo por que no he encontrado
tras la espalda las alas que guardas,
a pesar del desvelo y el semblante cansado.

Me has enseñado la dignidad,
a sacar fuerza de dónde no la hay
y a estar siempre dispuesto al trabajo,
a llevar conmigo una ración de tabaco,
y a beber el ron que tu preferías dorado;
tanto me has enseñado.

Y me declaro un hombre bueno,
que no gusta de mentir
ni de sacar siquiera provecho
a costa de la vida y de vivir;
por que a ti te tengo como ejemplo,
por que a pesar de mis años
algunas veces me sorprendo
para mis adentros diciendo:
cuando sea grande, más grande
-y en realidad así lo pretendo-,
a ti parecerme yo quiero.

Por lo que fui alguna vez,
por lo que ahora mismo soy
y por lo que sin remedio seré,
a ti, a estas horas en las que estoy
con un te quiero,
tan sólo te agradezco.