agosto 28, 2012

Yace triste mi alma

Yace triste mi alma entre blancos huesos
a la luz de una bombilla maldita,
a la espera de las crueles termitas
que carcomen el recuerdo y los sesos.

Soy un paraje de pronto olvidado
por la lágrima que no tocó el suelo,
la sombra que jamás llegará al cielo
de un hombre enajenado en el pasado.

No era yo aquel que te llamaba febril
inmerso entre la sangre y la hondonada
de aquel Marzo esperando ansioso el Abril,

en el que las aves desencajadas
pretendieron mi latido más que vil
atado a tu cintura inmaculada.






1 comentario:

Ío dijo...

Se entristece la mía a la par que te leo, y puedo leerte hasta la lágrima.
Este soneto íntimo

y mi Abrazo


Ío