agosto 28, 2012

Hoy que reparo

Hoy que reparo en mis huecos bolsillos
he de saber de la deuda que tengo
con el sol si se demuestra amarillo
entre las noches que ya no tengo.

Siendo el juez que a toda costa comparte
una caricia escueta en el cajón,
no puedo menos que heredar mi parte
de culpa oxidada en mi oración.

Habrás de mirarme yendo y viniendo
con la corbata ciega y anudada
engañando un pensar tan virulento
como la misma noche descarriada.

 Tus caderas me prensan soñoliento
al baile de aquellos muertos que viven
de néctares insalubre sedientos
donde las plagas sin más sobreviven.

Pero volviendo un poco al fiero atrás
en el que las Lunas son la savia
en la que tus pechos desnudos jamás
hallaran mi letra y su espesa labia,
he de morirme en la cruz embalada
de una esperanza del roce aceitado
de ese deseo sublime y encalado
sobre la Luna y tu espalda erizada.

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