febrero 28, 2011

V

Viene siendo la fecha, la hora, el momento
de volver mi presencia a la ventana,
mis bocanadas necias y paganas
extrañan la sal y su alojamiento
alrededor de una noche sin techo,
de la sujeción a la nada, al perro
que le ladra con fiereza al destierro
después de traer el hocico maltrecho.

Viene siendo la hora de cargar flores
secas entre los libros, de doblarme
el alma en cuatro para cobijarme
de estos versos míos, azotadores
y sombríos, como parques manchados
de pobredumbre, entre burda maleza
que impide a toda costa, esa grandeza
de los años que perdí en los prados.

Me duele la nube que solo pasa
sin mirarme, y nunca se detiene
ni pregunta, a esta hora que se me viene
encima, si yo que la quiero rasa
para en mis dedos, feliz entrelazarla
pudiera esbozar la última sonrisa,
inmersa en esa humareda imprecisa
de mi pecho que no logra abrazarla.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

No temas, sonríe...importas más de lo que imaginas.
Besos
p/D Levanta la vista, tu no estás debajo de nada. ;)

Charcos dijo...

abrazo de nube

;)

perfecto herrera ramos dijo...

Encuentro nostalgicas invocaciones a lo inasible, a la vaga sensación de lo que nos acompañó en otro tiempo. Pero ningún tiempo fué peor o mejor, solo diferente.
De todas formas, el alma vaga y le gusta recrearse en todo lo perdido. ¡Pues a cielo raso, que nos inunden las estrellas!

Un abrazo, amigo mío.

Ío dijo...

Las nubes nunca preguntan nada, ni se dejan abrazar; no es que no quieran, que sí, pero son gas, y es difícil mantenerlas entre los dedos, como la hora, que llega, te ve y se aleja, dejándote en el rostro una expresión de desatino.
La ventana siempre te dejará asomarte a ella, lo que sientas es cosa tuya.
Yo no veo podredumbre ni maleza, solo poesía, y me gusta.
Las flores secas y los versos son buenos lugares de cobijo, sí; en ellos cabe casi todo, por no decir todo.
Que buen poema, Grabriel
Un abrazo

Ío


((....el gato....¿cambió de callejón?))