abril 15, 2010

Ensueño (Fragmento #8)

Situado en las planicies del hartazgo fríamente me hallé, deslizando sobre la punta atroz de mis dedos el papel, que algunas veces crea, y las demás consume, magnetizado en el punto crucial que jala todo hacia el centro, hacia el oscuro pozo donde concentrados, he encontrado ambos polos. El blanco cegador, el negro abrazador... La luz fundida en cuerpo y alma con las penumbras logrando así la calma, aunque pasajera, aunque del mismo modo siniestra.
Una colina al fondo, rebozando sus prados verdes, ahí lejanos y más aún de mis manos impregnadas de Muerte, de ese cáncer amordazado que a veces grita y siempre duele, como cuchillas enclavadas bajo las uñas, al final del día con la Luna sigilosa, silente. Un millar de ataúdes revestidos de roca, bajo la tierra fértil, sin cruces, sin plegarias infundadas. Carbón que regresa a las entrañas, que dibujó de vida cada paso para después, simplemente verse desdibujado.
La tinta regada haciendo camino, mis pies entre la nada enraizados, el papel a cada lado, partido, sin árbol ni su cobijo, sin "D"ios satanizado, sin Demonios idolatrados. La tinta regada haciendo camino, las letras causando estragos, desahuciadas, perdidas, sombrías, carentes de malos tratos. La tinta regada haciendo camino, la misma tinta regada deshaciendo su camino...

3 comentarios:

AOG dijo...

Cuando leí "carbón que regresa a las entrañas", fue sólamente a la segunda lectura que me percaté de que no habías escrito "cabrón"...

Cómo cambia la frase, ¿no?

Ardaire dijo...

Creo reconocer esa sensación que tan sutilmente expresas... para recoger diamantes es preciso descender a las profundides...
Besos.

Sabina dijo...

no se que decir... me quedé pasmada.. es que tu narración y descripción me ha gustado mucho (siempre) vaya que eres un gato muy particular... un beso y un tazón de leche para ti. saludos.