marzo 09, 2010

Reflejos VIII

No encuentro tu mirada, ni tu sonrisa nacarada pese a que he buscado por aquí y por allá. No te he visto deambular entre las nubes ni saltar sobre el recodo de la Luna, mis pensamientos no han sido por ti socorridos, ni mucho menos por nadie asistidos. No he sentido ese extraño palmar de tus manos sobre mi espalda, aún en la distancia, ni esa caricia que me invitaba a sentir junto a ti el alba.
Y mientras tanto se aproxima el mañana, derrocando al ayer que hoy es nada, y que me deja con mi pobre empirismo sobre el borde más cercano al vampirísmo.

1 comentario:

Ardaire dijo...

El borde más cercano al vampirismo...qué buena imagen para definir ese estado anímico.
Besos Gato Pardo*