junio 30, 2009

Sobre el Voto

Votar o no votar. ¡He ahí el dilema! Votar, ¿Para qué? Si es bien sabido y por todos conocido que México es un territorio anárquico. En México aquello de la ley y la democracia, simplemente no existen. Por que esta supuesta democracia con la que noche y día nos atacan los medios masivos de comunicación, no es más que un torpe panfleto redactado por un escritor de ambas manos manco. La democracia en este país sin nación, es una degeneración impuesta por los viejos lobos que aún y a pesar de todo, se siguen disfrazando de ovejas.
No. Definitivamente aquí la democracia es una farsa eternamente perpetrada.
Este pueblo, notoriamente atormentado desde aquel embarque de españoles criminales, llamados por la historia “conquistadores”, no ha tenido ni tendrá, quizás (ni mucho menos entenderá), la tan pregonada libertad, la independencia, la autonomía. Este pueblo sigue siendo esclavo gracias a traidores que vilmente nos han materializado, para después, ser vendidos. Gente sin alma que se escuda bajo la hipocresía de la excelente retórica, y la piel morena. ¡Y vaya que es duro! Penoso. Saber que el verdadero enemigo es aquel que hoy nos llena las entrañas de heroicas promesas y que regala despensas (también gorras, camisetas o sudaderas), y que mañana, totalmente embrutecido por los licores del poder y el denso olor a plata desbordando por sus bolsillos, terminará vendiendo también a nuestros hijos.
El PRI, como viejo conocido que aún parece aletargado; ese PRI “reestructurado” que sin embargo no alcanzó la objetividad en ese reacomodo. Aquel que ha sacado de la historia (ó al menos de su historia) a Díaz Ordaz y a Carlos Salinas (sus allegados, van implícitos) y enaltece por otro lado a Reyes Heroles (padre) y a Lázaro Cárdenas (tambien padre). Por cierto, también ha omitido esa deuda que ellos imprudentemente firmaron para poder vivir como altezas sin siquiera poner un centavo de sus arcas.
El PAN, que ha dado muestra de contar entre sus filas, con gente de perfecta y probada ineptitud (un ranchero bigotón digno de Ripley por sus acciones, y cuando fue atacado, por sus reacciones. Un despistado que abría la boca por el simple hecho de abrirla, por mera inercia; un monigote que bien podría encajar dentro del reparto de personaje de Chespirito). Y que decir de aquel otro, del sucesor, del chaparrito de frente amplia y lentes en “camuflaje”, ese que se tiene que remangar el saco antes de salir a recitar sus discursos y de su “existoso combate contra el crimenorganizado y el narcotráfico”. ¡Bah! ¿Y a mí que me importan sus miles de narcos recluidos y sus engañosas y torcidas cifras, si el sistema penitenciario del país, no es más que la universidad donde el hampa termina por definirse, por perfilarse, por obtener su título? Un partido cerrado como las fauces de su actual dirigente, ese que se ha tomado demasiado en serio aquello de “calladito te ves más bonito”. Pero, cierto es, que ha encontrado el método exacto para a todo mundo y sin excepciones, descalificar.
El PRD, que a todas luces, muestra su completa ingobernabilidad interna, a sus líderes caprichosos y berrinchudos y esa demagogia ampliamente por ellos esparcida y explotada. No, tampoco es considerable esa llamada Izquierda (ó izquierda de mercado), esa que desde su propia trinchera da fe inequívoca de maneras absurdas y personalistas. De aquel “tabasqueño” de gallito en la nuca, no hablamos, no vale la pena. Además según dicen de mala educación, hablar en contra de los “muertos”.
El PVEM, prometiendo utópicos vales canjeables y haciendo ver al gobierno más inepto de lo que ya bastante es, reclutando “estrellitas televisivas” y aceptando la más antigua y a la vez estúpida ley de los hombres, la del ojo por ojo, aquella vieja ley del Talión. ¿Y qué más da que uno vote por él, si francamente al no ser mayoría en el legislativo, muy difícilmente podrán ser aceptadas y aprobadas dichas propuestas? ¿Coalicionarán ó se unirá de nueva cuenta con alguno de los tres de arriba como ya es costumbre, para su propio beneficio?
El PSD, irónico, sátiro, con ese sarcasmo, que hay que aceptarlo como bueno, humorísticamente hablando. Pero ¿Y? ¿Qué diablos ofrecen? ¿Dónde están las propuestas, las ideas, las soluciones? Yo no creo poder darle mi voto a un partido que se gasta el tiempo y el dinero (nuestro dinero, por supuesto) en una constante agresión hacia los otros bandos. Y estos a su vez, por considerarlo aún un niño, solo se preocupan por ignorarlo.
Nueva Alianza, y su líder polifacético que sin embargo, no es capaz siquiera de formar una frase de mas de cuatro palabras, pero sí de aparecer en televisión cada que lo “requieran”.
Convergencia, PT, pescados con las uñas del “hermano mayor” en busca de no desaparecer, en busca de que no les sea retirado el registro, ese por el cual aún pueden comer caviar mientras el pueblo se conforma con un trozo de pan, con tener algo que a la boca llevar.
La política en México, como sabiamente lo ha dicho el maestro Catón, es sólo “politiquería”; esa de barrio, esa que se aprende en un libro de bolsillo.
¿Por quién votar? Sigue y seguirá siendo la misma pregunta.