vuelve más lacerantes las bombillas
y esos gestos plagados de ambrosías
que me abrazan por debajo del tul.
Tengo un alma y tengo un pecho cierto
y esta noche mirando a mi ventana
recuerdo el transitar de mi hondonada
buscando un razonamiento bello.
Pero otra vez llueve y mi letra vil
me trae a los confines de humedad
en los que es verso me sale incivil.
Algunas noches solo pretendo el mar
volver a ser ese chico febril
que nada sabía de tanto mal.
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