junio 03, 2014

Faltantes

Los faltantes son evidentes
la luz del día, las plácidas charlas
el abrazo de los cipreses
y las nubes de algodón que bajan.

Pongo un pie y luego el otro
en mis andares surcados por tu nombre.

La suavidad en la voz
el buenos días por la mañana
embriagado de ti y sin resaca
colgado del filo de la hoz.

A tientas mis manos recogen el vaso
que me ilumina en la penumbra
donde renacen azul el diablo.

Cualquiera de los dioses
las paredes de sangre desmanchadas
la vida, la mariposa sin poses
y el levante a mitad de la tarde.

Soy ese dios cadavérico y seco
presentado entre montañas
de alquitrán y ron añejo.

La otra cara de la luna
el cristo en la pared, la lumbre
las bragas de muchacha alguna
y una vela duradera que me alumbre.

Una mota de polvo ennegrece
la porción intacta de lo que llaman alma
y bebo mucho y la mar escucho.

No hay comentarios: