septiembre 09, 2012

Regalo de Cumpleaños

Perdóname por la veces
en que en silencio y sin más
he guardado mis labios,
por las noche que no he llegado
a desenvainar mi alma y mis manos
para dibujar en tu espalda
un sentimiento en alcatraz.

Perdóname si no he podido
ofrecerte un baile de estrellas
de brillo febril y nacarado, 
a la más incivil orilla de la cama
donde he de debatir la razón
de aquellos sueños desangelados
que escaparon de mi botella.

Perdona los disturbios,
los vicios en mi forjados
a fuerza de noches y noches,
las manías y las ojeras
que a diario sin más me crecen,
con mi ungüento de derroche
de latidos crueles y lacerados.

Perdóname por todos estos años,
por la ausencia si es que estado
atado a la indecencia del verso,
por que éste sin más me llama
cuando menos soy y más siento
de tu boca esperanza y universo,
a pesar de un cielo lacerado.

Perdona este verde de mis letras,
esta loción, estas largas caminatas
que no me conducen a ninguna parte,
este palpitar endiablado y virulento
del que nada saben los médicos,
ni los sabios a pesar de su estandarte
en negro imitando a los piratas.

Perdóname los pasos sigilosos,
el beso que ya no llega cuando llego
tan ensimismado y tan sediento,
buscando reposo y pueril calma
cuando soy temblor y agua marina
que arremolina un mar de abatimiento,
en estos tiempos de sangre y fuego.

Perdona la pobreza del regalo,
la vaguedad y la terrible franqueza
de mi voz escrita sobre el papel,
mis flores por estar ya marchitas
meditando con el mar en sintonía,
mi latir entre tu abrazo cual dintel
soportando mi ser y mi flaqueza.

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