marzo 19, 2012

En el tejado

Hace muecas esa anciana señora,
arregla sus cabellos, mira el cielo
con temor y desbordante recelo,
con las alas puestas en el otrora.

La señorita ha encalado su alma,
ha escondido el levante tras sus ojos
y sin demora ha echado el cerrojo
a la mar antes de llegar la calma.

Los niños juegan con una cabeza
que pende de un árbol recién cortado,
las madres cargan sueños desmembrados
a la sombra inerte de la grandeza.

Pero el gato anda siempre en su tejado,
enlutado en sus heridas de antaño,
en los propios reveces, en los daños
solitarios de andar ensimismado.



 

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