febrero 04, 2012

Vocación

Corre por la ciudad un viento seco
y la nube se ha quedado sin gota,
un vago canta con la boca rota
melodías desde su vientre hueco
de migajas de pan y dulce vino,
una Mujer de pecho arrebolado
muestra en él su corazón escotado
y sólo halla lascivia en su destino.

Un caminante recorre las huellas
que por el tiempo ya han sido borradas,

y esconde sus pies de su cruel mirada
cuando su propia pisada degüella.

Un cigarrillo debate su fuego
bajo el fango cargado en el zapato,
un trago agonizando en desacato
hurga en las paredes del vaso un ruego
que demuestre el camino como cierto,
a pesar de tanta noche enjaulada
y tantas aves que buscan aladas
quizás un poco de agua en el desierto.

Un poeta busca ser proxeneta,
encantador de esas viles serpientes,
prestidigitador que hable con entes,
un experimento aún en la probeta.

1 comentario:

Ío dijo...

Lo dice el título de tu poema, tus versos siempre bellos también lo cuentan, pero no el último; hace tiempo que dejaste de ser un experimento (o no lo fuiste nunca); eres poeta, con todo lo que ello implica, con el castigo que supone serlo, y vivir así, con la boca y la cabeza llenas de pensamientos queriendo ser poesía.
Eres poesía entonces, Gabriel

Mi abrazo esta noche de radiante y blanca Luna
Un beso


Ío