A la sombra de mis versos más tristes
dos hojas de papel vuelan inciertas
por recovecos de tardes desiertas
donde las aves carecen de alpiste.
Tengo una mano puesta en la basura
que tanto escribo y la otra en la coraza
de hombre de bien que diurno me disfraza
cruel ante la vida y su investidura.
Pero soy aquel, el mismo cretino;
me hago el imbecil, contemplo a la luna
empuñando la pluma cual destino,
irrevocablemente y sin vacuna
para mi verso cruento y leporino
ante una copa vil e inoportuna.
5 comentarios:
No digas eso, aquí no hay basura, no la escribes.
Eres el mismo, no lo dudo, y mientras miras a la luna, tus versos de sombra la iluminan.
Magnífico soneto, Gabriel, es hermoso, es así, como que duele, al beberlo
Mi abrazo para ti
Ío
(Extrañé no leerte)
No cambiaste ni cambiarás. Usamos máscara de vez en cuando.
los poetas, a veces tenemos esa sensacion de que todo lo que escribimos es basura... tal vez porque es un desahogo de algo que queremos que no exista, porque es dejar libre lo peor de nosotros, lo que nos duele, nos mata, nos molesta... quizas lo veamos como basura porque es solo imaginacion cuando queremos que sea realidad...
Quien sabe, cada loco con su cuento =)
Me gusta leerte, Besos! =)
La mano sobre lo que tanto escribes, esa ES. Me gustó mucho. Besos
Los disfrases nos vienen bien de día, de noche el alma se despoja y deja que salga a la luz y oscuridad todo aquello que la luna conoce.
Y de tus versos Gabriel... que te digo, preciosos como siempre. Lo agradezco y prosigo.
Un abrazo azul
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