junio 23, 2024

Círculo vicioso

Bebo para hallar claridad en mí
para despojarme del residuo humano
y de las falsas doctrinas,
de los errados idealismos;
y bebo para ser yo, en modo febril,
para escribir mi sentir con diestra mano
desde una mesa, que yace en la cocina
en la que repara mi verdad y mi cinismo.

Bebo porque la bebida me hace conciente
de los fallos que tuve, tengo y tendré
y de ello hago un estudio tan a menudo
a la espera de una comprensión incivil,
del trajinar de un poeta malo y demente
que busca tan solo poner sus pies,
en esta estúpida orilla de un mundo 
que se conforma con lo efímero y lo gris.

Sin embargo, todo esto es una apología
de cualquier alcohólico,
cambiarían las palabras y las situaciones:
"El alcohólico siempre tendrá una apología"
porque se creerá un mártir y tipo bucólico,
pero que mira edificios y no plantaciones.

Ellla me ha dicho:
- ¡Tú crees que eres consciente cuando bebes,
pero borracho es cuando menos lo eres!

Y para mí fue un acertijo.

Yo generalmente respondo
mediante la retórica correcta,
desde mi lírica imperfecta
y dejo siempre en claro que nada escondo.

Es cierto que soy un poeta de los malos,
de los que buscan la alcantarilla
porque ahí mismo es donde se halla la cima
una vez que nos descubrimos como malos.

Y yo soy malo, como la carne de puerco,
pero soy también,
un poeta que escribe y vive mediante lo cierto
soy quien muestra su verdad con un revés
y soy simplemente aquel
que madura tu soledad en mi huerto,
mientras bebo
y escribo
sobre la elucubración de ser,
aquel que no malverse su verso,
cuando solo beber de tu vino pretendo
y tú mi amor dejas en visto
porque soy un poeta vil y un borracho.

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