La mayoría de las veces, extraño
y taciturno, vuelvo la mirada
a la espesura del cielo y la nada,
ahí donde el vivir resulta castaño.
Firmo renuncias a diestra y siniestra,
sin el valor de entregarlas siquiera
las resguardo bajo un cajón cualquiera,
ante una luz que apenas las demuestra.
Por que cobarde soy, nunca lo niego
a pesar de mi sacra diplomacia,
de mis letras y su parda desgracia,
por no saber jugar su propio juego.
Y sin embargo canto letanías
cargadas de otoños y vendavales.
sujetas a aventuras de chavales
buscando ahogar sus propias agonías.
Me desajusto pronto la corbata,
llego a casa, triste y empedernido
a resanar los huecos tan prendidos
a la lucidez de una blanca bata.
Y si es que voy o sin remedio vengo,
he de hallar a pesar del pavimento
al corazón, sin más aditamento
que la verdad ausente de abolengo.
Pero mis horas serán iguales a las tuyas,
cuando me piensas ahogado en un vaso
con su Cuba libre y sus mansos trazos.
hullendo del pensar y sus patrullas.
Soy bien lo se, un borracho triste y malvo,
un escritor nocturno y acabado
que bebe siendo vicio inmaculado,
por crearse así un despertar a salvo.
2 comentarios:
La mayoría de las veces quisiera que fueran jueves...
hay que seguir hasta que llegue el sol y por más ebrio, cansado o triste que se esté el sol saldrá.(no sé que quise decir, sólo sé que te extraño un poco y tus letras me recuerdan mi tristeza)
Un beso.
Escribir nos salva siempre de lo que somos... sigue adelante... =)
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