julio 06, 2010

Te pregunto

¿Y qué hay, si de pronto
tus ojos se vuelven fuego
y de pronto me veo
impulsado a beber
de tus labios el arsénico?
¿Qué pasa con las horas
que estancadas atiborran
la necesidad permanecer
presente en tus sueños?
¿De qué color se pinta el corazón
si dulcemente ha sido embriagado
y con su latir, se desdibuja ya cansado?
¿De qué maldita manera
me olvido de demonios y quimeras,
de que esta vida ya no es juego,
qué al final no habrá más "luego"?
¿Qué hay de ti Mujer, al escuchar
mis plegarias en claro ronroneo,
al descubrirme ahí rendido
con la soga atada al cuello,
en sombrío y calmo balanceo?

3 comentarios:

Ío dijo...

Qué hay de mí, mujer,
si escucho tu ronroneo albo
y te descubro difuminando deseos,
tentando venenos en los labios calmos,
y luego insistes en beber veneno,
en atarte la sombra al cuello.

¿Qué hay de ti Hombre,
por qué rindes tan pronto tu cuerpo
si todavía guarda fuego?

Gatopardo .... es precioso este poema; tiene tanto y tanto tiene y encuentro¡¡¡
Un placer poder disfrutar de tus palabras, siempre.
Una caricia para ti, un ronroneo leve

Ío

Mondragón de Malatesta dijo...

Qué hay de ella, luego de ver tremendo espectáculo, hermoso espectáculo. ¡un gato ahorcado! Excelente Post estimago Gato Pardo, como siempre, es un gusto leerle.

Cyborgoo dijo...

Romántico irremediable.