febrero 06, 2010

Necedades

Si pudieras regalarme cinco minutos
de sincera sumisión, ó tal vez seis
aunque bien serían mejor
algunos más, quizás diez.
Si pudieras dejar dormida
tu boca en la mía,
un instante, un momento
que dure toda la vida.
Si pudieras no partirme en mil pedazos
sino sólo en cien
y me cubrieras bajo tu manto,
para volver a ser, aquel de ayer.
Si pudieras contemplar mis manos
que cuando no te tocan, crean
y cuando te tocan,
logran olvidar oscuras necedades.
Si pudieras ahuyentar mis demonios
a las tierras salvajes,
a los océanos vueltos vapor
para quedarte, toda tú
reinando este infierno
con olor a licor.

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