y algunas deudas por pagar,
con ellas me aferro al mundo
al día con día y al despertar,
inmerso entre una colectiva estupidez
ignorante del concepto de ganar,
yo he vivido a la usanza del vagabundo
-emocional y socialmente hablando-
afortunadamente siempre he tenido el pan
y la sal, un techo para dormir borracho
y una mano diestra que taladra mi sueño
para demostrarme, que aún tengo un pecho
y que este pecho ya no da para el mal.
Sabes, estoy cansado,
cada día un poco más que el anterior
y estoy escribiendo demasiado
para las personas que me importan más,
quizás sea mi forma de pedirles perdón
o una forma de despedirme quizás
porque algo presiente mi corazón.
Pero siempre habrá alguien mejor que yo,
alguien más sensato, más sentido
y menos borracho,
siempre habrá alguien sin deudas
y que entienda la estupidez global
para poder del todo ganar;
y tendrá más corazón
y menos dudas,
tendrá mejores estribillos
y podrá, al menos su mundo sanar.
Ya es de madrugada otra vez.
PD. Me retracto de aquello de escribí sobre la sensatez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario