lo único que sé de cierto
es que la cerveza me hace menos daño
que el idealismo es un callejón sin salida
y que la luz irremediablemente logra sombras
en las que germinan demonios viles
que la espalda nos van lacerando.
Sé de cierto, también, que nada valgo,
a pesar de quien me demuestra valor,
que he sido un compendio de sobras
intentado armar un puzzle amañado
en el que hay una pieza que no encaja
y esa pieza soy yo.
No me alcanza la retórica,
ni el verso
para defenderme de lo creo que soy,
sentado en el banquillo de los imbéciles
que son incluso más imbéciles
por saber realmente que lo son
y eso es también absolutamente cierto.
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