julio 13, 2009

Oda Fiel (en carente prosa) a la Luna

La luna esta noche me mira, eso es cuestión ineludible. Tal vez haya escuchado mis lamentos, mis dolencias, mis maldiciones; incluso hasta mis dolores. ¡Qué va, qué importa! Si esta noche ha salido solo para mí. Y desde lo alto alumbra ténuemente mis latencias, mis propias excitaciones. Galileo, como fiel amante de los astros, debió pasar noches de éxtasis enteras, orgásmicas, del todo mágicas; ensueños de caramelo, de alquitrán, y licores.
¿Y qué si las inversiones caen y la bolsa se desploma? ¿Y qué si la influenza y las ejecuciones siguen cortando cabezas? ¿Qué más da? La luna en lo alto, magnífica brilla. ¿Y qué si el desempleo y la prematura muerte del capitalismo? ¿Y qué si los tiempos desalientan y la vida es más dura cada día? Ella sale de las penumbras, con su velo de nubes, emergiendo de las sombras. ¿Y qué si el tercer mundo ó el cuartro ó quinto? ¿Y qué si la hambruna o de la razón sin recinto? Nada. El astro creador siempre empujando la noche para esperar el nuevo día. Las musas colgando de su guadaña, aguardando, la vista del bardo, del poeta, del trovador, del despistado que de la triste melancolía saca el néctar de la vida.
¿Y qué mas da, si con ella, el corazón se afila, se aquilata.

2 comentarios:

Gato Pardowski dijo...

Se me olvidó el último signo de puntuación (?). Atribúyolo a la ebriedad. Atte: El Despistado Autor.

DaliaNegra dijo...

Es verdad,la luna sale solo para tus ojos,porque cuando los cierres para siempre el mundo dejará de existir.Me recordaste un poco a Li Tai Po, cantando y bebiendo bajo la luna.Un beso,Gato***