y escucho la nada
veo el tintineo de luces blanquecinas
en las casas aledañas y vecinas
y escucho risas pero sin derroche
como pienso que ríe la gente sin alma
y entonces me sirvo otro trago
tengo el mar alojado en los ojos
pero me alegra saber que mañana trabajo
y puedo volver a ser el mismo loco.
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