febrero 17, 2023

Querétaro

I

Una mujer
descomunalmente grande
toma un cigarro 
y lo lleva a su boca
mira su mano 
y se muerde los labios.

El reloj le dice que no es tarde
y el humo la arropa de placer
mientras la bocanada su alma deshoja.

II

Aquí los autos vuelan
y rugen como si el diablo
los piloteara
y los peatones
desearían no tener piernas
para jamás caminar.

Hoy lo pensé mientras caminaba
y me alegre de tener piernas.

Prefiero andar.

III

Es fácil ser amable
cuando pretendes ser amado
eso lo sé desde siempre
y es un hecho que lo soy
solo que yo no me amo.

Me gusta coquetear con la muerte.

IV

Debe existir dios
algunas veces
en algunos lugares
y en ciertos momentos
quizás es un bache en el pavimento
o en la muerte cuando nos viene
quizás exista por las tardes
cuando sonrío sin arrepentimiento.

Debe existir dios
tal vez solo es un sentimiento.

V

Una voz me dicta ser quien soy
como hasta ahora lo he sido
y es un voz amable y directa
que no me habla de presunción
sino que no me permite sentirme abatido
siguiendo a mi ritmo mi propia vereda.

Aún existe gente con corazón
en esta vida de mierda.

VI

Escucho el viento a través de la cortina
ruge fuerte y a veces brama
sabes, aquí hace frío
y hace la ausencia más dura la vida.

Mi corazón aún ama
desde esta ciudad tan llena de vacíos.

VII

Ahora que soy el señor de las moscas
noto que todos a mi alrededor son niños
buscando poder y supremacía.

Mi paracaídas la vida me ahorca
mientras ellos ríen al cantar un estribillo
que me llena de melancolía.

Solo busco la voz de la caracola.

*Inspirado en *El señor de las moscas".

VIII

Pero sigo vivo
lo sé
porque mi pecho late
y aún apuesto por el después.

IX

Probablemente ella vivía
con un marido anciano y decadente
o con una madre tirana
que no la dejó cuando joven casarse
tal vez vivía escondiendo un cadáver
desmembrado en la nevera junto a los tomates
o simplemente
era una mujer sin el don de la sonrisa.



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