octubre 06, 2024

No quiero pensarlo

Son las diez de la noche de un domingo seis de octubre, del año dos mil veinticuatro y no puedo resumirme sino como un amasijo de pensamientos y sentimientos que me están poco a poco dinamitando, porque se han ido entrelazando y mis pensamientos ahora entienden mis sentimientos y viceversa; parece algo bueno, sin embargo me preocupa, pues la compaginación entre dos espectros casi nunca llega sin violencia y yo estoy cómodamente bebiendo y escribiendo esta carta que hace algún tiempo me hubiera parecido un puñetazo en la cara; hace algún tiempo habría sacado las uñas como el gato que soy abogando por el sentimiento, pero en este sentir pensado, no abogo por él ni tampoco por el pensamiento, pues no soy Gandhi ni Napoleón Bonaparte, tampoco soy un genio, ni un buen poeta para pasar a la historia de la humanidad de alguna manera. Solo soy un tipo raro que emplea su idealismo en base a lo vivido y a lo leído, que se ha hecho exámenes de conciencia cada noche desde que para dormir ha bebido; quizás solo soy un adicto al tabaco, al alcohol y a expresar que todo este es una gran mierda escrita sobre una pared que nadie lee y que las iglesias de llenan de gente que solo quiere salvar su alma, sin tener fe.

Sin embargo estoy tranquilo, he hecho lo mío, lo que me correspondía: lidiar con estúpidos, dejar callados a imbéciles, dejar pensando a algunos incautos que aún me leen. Me hubiera gustado ser más, pero ese ha sido mi destino y lo he aceptado, no con gusto, pero por ello estoy tranquilo. Sin embargo está tranquilidad me parece extraña, porque a pesar de estar consciente, queda la otra parte de mí, en la que soy un gato y esa parte no dialoga conmigo mismo, sino que solo ejecuta al no tener conciencia humana, dado que es un animal y por lo tanto, gutural. El gato lleva varias semanas sin aparecerse en mi vida y de pronto eso me lleva a pensar en tantas cosas que ahora pienso que podría descifrar si no hubiera llegado está noche a ingerir tanta bebida. He pasado tantos momentos malos y en ninguno de ellos el gato se había distraído de mí tanto.

Quizás se ha marchado de mi, o quizás...

No quiero pensarlo.

octubre 03, 2024

Yo mismo

Mi antídoto contra todo mal
es la belleza
de cualquier forma
y en cualquier circunstancia 
porque hallándola todo es celestial
y de alguna manera tengo certeza
no me joden las jodidas normas
y se vuelve más febril aquí mi estancia.

Me refiero a la vida
cuando digo aquí 
y me empecino menos a la bebida
porque realmente disfruto vivir.

Ahora mismo, por ejemplo 
me encantaría un sentido abrazo
y después hacerte el amor
no sin antes venerar tu templo
ni beber un par de tragos
para poner en marcha mi motor.

Algunas veces soy demasiado guarro
demasiado estúpido y demasiado abyecto
como cuando preciso de la belleza
y solo soy un tipo que escribe sin certeza
de todo aquello que siente estando ebrio
cuando lo más que necesita es un abrazo.

Y ahora entiendo
que mi veneno soy yo mismo.

octubre 02, 2024

Básicamente

Básicamente
estoy a dos pasos de la indigencia
casi dos meses sin trabajo 
y llevo aún en lo alto mi inteligencia
al saber que jamás venderé mi mente
ni mi alma ante seres burdos y bajos
que han filtrado en su alma negligencia.