Tienes que sentarte
y esperar, la vida, la muerte
la huida despavorida de la cucaracha
ante la sombra de tus zapatos
arrancarte la cabeza o un brazo
si es necesario
y ponerte con todas tus fuerzas a esperar
aunque la mayoría de las veces
los mejores poemas llegan
cuando cansado ya nada esperas.
Estoy a la espera sentado
y mientras tanto
bebo algunos tragos
y también espero
el crujido de la cucaracha
bajo mis zapatos.
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