Es todo oscuro, y aquí, sentado
siento el golpeteo en las mejillas
del viento, miro sin siquiera mirar
al mundo mientras duerme aniquilado
y escribo una poesía de sangre derramada
que intenta descifrar la lógica nocturna
del crujir incivil de tantos huesos.
Es todo oscuro aquí dentro,
y en la oscuridad se apagan los ojos
de las criaturas inverosímiles
que ante mi, sentado, deambulan.
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