Yo, que he tenido tanto tiempo
que hacer el rito del amor solas,
mientras desdeño fragancias y pétalos
de perdidas y grises amapolas,
busco igual que ellas, ajenas de la gracia
al sol, la tibieza de un abrazo y una corona,
mientras me bebo un trago que a medias,
logre hacer callar de pronto mis caracolas
que con su viento esbozan un "te extraño".
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