Si usted pudiera verme ahora,
charlar con el poeta que me posee,
tomarse un trago con el borracho
que soy entre luces artificiales,
si usted pudiera llevar sus flores
a la tumba que impaciente me espera,
elucubrar la vida en mis manos,
amainar los demonios susceptibles
al beso que mis manos dan al diablo.
Si usted pudiera saberme seco
rondando manantiales de palabras,
disfrutar conmigo este silencio
de agujas punzando entre las sienes,
si usted pudiera poner en comodato
su vientre para que le maulle
de noche y tristemente un gato.
Si usted pudiera verme ahora
entendería las malsanas flores
que en este pecho afloran.
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