De entre la nada vengo, me arrebato
y de la noche bebo espesos mares,
elíxires de mis funestos lares
embriagados de reciente pasado.
Nada del hombre ahora desconozco,
virtudes y vicios me dan lo mismo
mientras me doy un baño de cinismo
y ante la mar misma me reconozco.
Borrachos y putas en los hoteles
solitarios sonríen abrazados
sabiendo encanecidas ya sus mieles.
Borrachos y putas encomendados
a tanta noche y a ser siempre fieles
a la soga en la que serán colgados.
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