Quise ser más grande que la Luna
que completa y de niño me miraba
jugando a la pelota cuando esbozaba
apenas mi manera tan inoportuna.
Nunca he podido callar mis manos
tqn revestidas de pecho y de ganas
de placeres fieramente inhumanos.
Y ese mismo es mi gran defecto,
el engrandecer mi salvaje latido
para adormecer mi intelecto.
Y quise ser poeta, uno malo y lo soy
ahora que me hospedan las banquetas
en las que bebo y de las que nunca me voy.
Mis primordiales y grandes afectos
van de la mano de la letra en negro
que intenta civilizar mi dialecto.
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