que nada sabe de poesía ni del vicio
de aquel que vive con el Cristo en la boca
y que cuando la culpa le cae niega su nombre
he sido el que con su pecho saca de quicio
incluso a aquel que tiene corazón de roca.
He sido elixir de vida y fulminante veneno
un santo y Satanás para algunos otros
he ayudado y he jodido según mi talante
y según la situación en la que me encuentre
he besado con el alma siendo bueno
y he destruido conscientemente el todo
cuando el mundo no sabe que en llamas arde
y yo doy el alma para que él se centre.
Esto no es un logro para mí
mi ego duerme en una botella en cloroformo
pero mi pecho es que late aún con vida
aquel que narra o versa mi verdad vivida
y eso me resulta claro y me conformo
para beber y escribir en modo febril.
Ser un poeta, de los viles, de los malos
en estos tiempos donde la poesía
vale menos que un mazapán, realmente
para mí resulta un logro inveterado
en el que busco sentido de belleza en la vida
porque el poeta busca amar,
para tener razón de seguir en vida presente.
Se quién soy perfectamente
y algunas noches deseo un tiro en la frente.
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