mayo 30, 2024

Para Rocko

No puedo negar
que aún me enternecen tantas cosas
que soy de aquellos de llanto precoz 
cuando algo realmente me emociona,
como el amanecer frente a la mar,
como aspirar el aroma de una rosa
o sentir sobre mi cuello la hoz
de todo aquello que a lo bello no reacciona.

Hoy conocí a Rocko,
un perro maltés de color negro 
y a la primera palabra otorgada para él
me saltó encima moviendo la cola.

Él no me juzgo como un idealista y un loco,
él sólo me sintió desde su inmaculado pecho
y en su actuar comprendí que me sabía leer,
que sabía de mí el pacto de la caracola.

Lo dejé ladrar a mi alrededor
mientras me brincaba en las piernas,
sin siquiera saber que él fue mi reparador 
de la ternura que necesito en mis letras.

Le dejé un cubo con agua
y después tuve que afinar mi garganta.

Espero verlo pronto.

Otra vez por aquí.

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