Afuera cae la noche y sopla un viento frío
en el que los cipreses se sacuden el polvo
de un pasado que los encasilló en lo sombrío.
Bebo un trago y con él tu recuerdo emancipa
de demonios mi equipaje de tinta negra manchado
en esta víspera que reviste el amor de tripas.
Dentro no hay más que un febril infierno
en el que soy y ya no puedo ser más
que la hojarasca que espera morir en invierno.
Bebo un trago y con él cae fiera la noche
y sopla un viento frío que entre lunas te nombra
mientras esucho en la avenida el rugir de los coches.
1 comentario:
No serás hojarasca cuando en mis manos consueles tus heridas.
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