Frío de mar y amaneceres grises
de nubes de nostalgia atiborrada,
de huesos, de viles sepias sin matices
esperando hallarte al otro lado de la cama.
Amanece mientras tiemblo
o tiemblo mientras amanece
-de cierto no lo se-
y entonces me da lo mismo
si dios o el diablo me resplandecen.
Y entonces bebo un trago
esperando ahuyentar el frio.
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