No soy más de lo que puedo
ni he de poder más que lo soy,
y es mi doctrina carente de credo
a donde dando tumbos sin remedio voy.
Es tanto el tramo en el que no te tengo
que los relojes marchitan las horas
y en hilvanar ovillos me entretengo,
es tanta la humedad cuando acaloras
el verso y la rosa cuando devengo
de estas ganas mías y perseguidoras.
Y ante ello más no puedo...
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