Sentado sobre mi viejo banco verde
fumándome la noche cansina
entre trago y trago y el sueño
me arrulla pero no me vence
no del todo
no para siempre.
Aún hay cierto brío en mí
entre mis esqueléticas piernas
en este pecho de gato viejo
y en mis ganas de beber eternas.
¿Qué hay con la muerte?
- Nada -me digo-, lo de siempre.
Y he ahí mis modos.
Luego la habitación en rojo
la habitación en gris
la habitación cual todo
y la nada en mí.
Bebo este trago a solas
fumo hasta el hartazgo
y dibujo una sonrisa cierta
sobre el cuaderno cuadriculado.
Tengo una amor con voz de caracolas
lo recuerdo y me lleno de brillo
sonrío cual mortal idiota
así, de pronto
y entre la nada
me asalta el todo
y de ahí mi pecho late con brío.
¿Qué hay con la muerte?
-Nada -me digo- que se espere.
Y me quito del alma el lodo.
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