Solía mirarme fijamente
parlotear y reir con sus amigas
mientras fumaba un marlboro blanco
me sonreía cuando se marchaba
se ajustaba al culo los vaqueros
posicionada a su diestro flanco.
Yo la veía y volvía a mi cuaderno
a escribir mis idioteces de siempre
a perseguir a toda costa la belleza
que jamás hallaría en su vientre.
Ella era muy linda es cierto
y yo un encaminado hijo de puta
que buscaba el acierto
no en una muñeca sino en una musa.
Yo la veía y volvía a mi encierro
y francamente era bellísima
pero nada en ella era un verso cierto
a pesar de sus piernas magníficas.
Solía mirarme fijamente
mientras yo me sustentaba buscando
una belleza plagada de muerte.
Y ella no la tenía.
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